Semana Mexicana: Felipe “Chito” Tenorio
La entrevista inaugural de esta serie de seis partes sobre la fotografía contemporánea mexicana comienza con un espíritu audaz y viajero. Con casi dos décadas de residencia e inmersión en comunidades indígenas en México, las influencias de Felipe “Chito” Tenorio abarcan un rico conjunto de mitos, tradiciones y cultura visual Indígena tanto del pasado como del presente.
Recientes y dolorosas experiencias personales han abierto un camino para que el artista se embarque en una desgarradora exploración de la pérdida y la superación, dando lugar a su última obra en progreso, VIA DOLOROSA. En el proyecto, cuerpos fragmentados dirigen nuestra atención hacia temas de duelo, pérdida, espiritualidad, y nuevas masculinidades, pero sobre todo a la turbulenta pero regeneradora metamorfosis de nuestra identidad después de la muerte de nuestros más queridos y cercanos.
Las fotografías son altamente emotivas y poéticas, todas elegantemente ejecutadas a través de una exquisita simplicidad conceptual. Más profundamente, VIA DOLOROSA es probablemente la obra más personal hasta la fecha de Tenorio — y la más vulnerable — dándonos un generoso y cautivador vistazo a las etapas más íntimas de su dolor.
—Vicente Cayuela, Editor Latinoamericano
Felipe “Chito” Tenorio. Inició su acercamiento artístico a una temprana edad, siendo la pintura, la música y las artes plásticas su medio principal de expresión. Fue hasta sus años de adolescencia donde la fotografía comienza a ser parte de su diario percibir, viéndola cómo la forma más directa de conocer, intimar, inmortalizar y acumular la esencia de las personas. Sentir que mantiene hasta hoy. Desde hace más de 16 años ha vivido en diversas comunidades indígenas de Mexico en donde las celebraciones, el misticismo, los rituales y las raíces han formado parte de su identidad, imaginativo e inspiración. Ha realizado diversos proyectos fotográficos orientados a la honra y promoción de pueblos originarios y artesanos del sur de Mexico. Actualmente continúa en acción con los grupos artesanales, enseñando artes y expresión en su ciudad, estudio en la Escuela Activa de Fotografía, Forma parte del Seminario Zona de Riesgo y es activo en el desarrollo de proyectos de autoría, enseñanza artística y arte terapia.
Sigue a Chito en Instagram: @felipe_chito_tenorio
VC: Has vivido más de 16 años en comunidades indígenas de México, sumergiéndote en sus celebraciones, misticismo, rituales y raíces. ¿En qué comunidades has estado y cómo ha impactado esta experiencia en tu práctica artística y entendimiento de la cultura indígena?
FT: El contacto y la relación con comunidades Indígenas ha sido con muchas de la mayoría del país. Mas, a modo de proyecto artístico y tiempo fueron las vividas en Chiapas, al sur del país. Entre las que viví están Zinacantán, Chamula, Pantelhó, San Juan Cancuc, Tenejapa, Chalchihuitan. Fue un proceso de reencuentro y renacimiento, una forma de depurar del “salvajismo moderno,” y reconectar con la espiritualidad y valores un poco más refinados. Considero estos elementos muy presentes en el cotidiano de los pueblos originarios de mi país: están inmersos en su forma de expresión y vida. Esto genera un continuo y permanente estímulo visual y mental fruto de la suma de diversas expresiones artísticas (textiles, floristería, alfarería, tintorería), rituales, y sociales; generando así una inmersión integral que permite ver la vida desde la integración de mil elementos explosivos, “seculares,” y creativos. Esto ha sido por supuesto, una maestría de creatividad, desarrollo, y conocimiento de técnicas, símbolos, y creación durante mucho tiempo.
VC: ¿Qué te motivó a embarcarte en estos proyectos y cómo crees que contribuyen a la preservación y difusión de las culturas locales?
FT: Existen diversos proyectos enfocados principalmente a la vida de las abuelas (portadoras y transmisoras de los saberes) y la labor de las mujeres con profesión de artesanas. En ellos se cuenta y documenta la correlación entre la historia de las mujeres, sus textiles, sus técnicas, y el impacto de estos a su comunidad y tiempo. Mi motivación fue la búsqueda de la re-dignificación y la igualdad de la mujer Indígena mexicana y el rescate y documentación de técnicas antiguas las cuales se encuentran en peligro de extinción. Este cruce contribuye perfectamente a saciar esa motivación personal que tiene su raíz en un problema de la sociedad mexicana tanto tradicional como contemporánea.
VC: ¿Qué desafíos has enfrentado al documentar y compartir las historias de pueblos originarios a través de tu fotografía, y cómo abordas estos desafíos en tu trabajo?
FT: Estoy muy agradecido con la vida porque, para el grado de complicaciones naturales que conlleva integrarse a una comunidad indígena (siendo yo no originario), los lazos han sido muy honestos y bellos, lo cual ha neutralizado estas dificultades. La que más viene a mi mente fue una en donde se me pidió no publicar más al respecto sobre un tema de pintura facial con fines rituales o se me prohibió entrar de por vida a la comunidad.
En cuanto a la más significativa, en una comunidad donde está prohibida la presencia de hombres y mujeres en un mismo espacio, las fotografías son algo no bien aceptado por creencias sobre el alma y celo ritual. Sin embargo, en dicha comunidad, la relación con las familias fue tan estrecha que me permitieron fotografiar a algunas mayordomas (mujeres de autoridad bajo los usos y costumbres que ellos se rigen), sus hijas y nietas, en un cuarto yo solo. A final de cuentas, las dificultades creo que son parte del proceso de adopción. Creo que la clave es siempre tener un corazón humilde, enseñable, adaptable, y que sea igual de loco y apasionado por su visión de vida como ellos lo son, de manera que cause ser invisible y ser uno más de la comunidad.
VC: ¿Cómo encuentras el equilibrio entre respetar las tradiciones y rituales de las comunidades Indígenas que fotografías, mientras al mismo tiempo compartes su belleza y diversidad con un público más amplio?
FT: Sin duda he visto y batallado con este tema. Para mí el balance ha venido al interponer mi relación y contacto directo, los conocimientos con los que ellos me educan, y el trabajo en conjunto. Mifotografía en esta vía busca ser lo más fiel a la representación propia que cada uno de ellos como individuo o comunidad percibe tener. En este lineamiento yo hago el click y por consecuencia siento que es esta misma carga de firmeza personal la que manifiesta su belleza por naturaleza, gestando contrastes sólidos de diversidad y riqueza. Es aprender a fotografiar con sus ojos y comunicarlo con mi lenguaje.
VC: El desnudo y el autorretrato forman parte esencial de tu lenguaje visual, ¿qué significación tienen estos para ti?
FT: El desnudo llegó a mi vida en un momento de formación muy específico. Mi primera sesión de desnudo fue con uno de mis amigos más cercanos, quien se encontraba en una búsqueda personal que no lograba trascender. Durante la sesión, llegó un punto en donde una atmósfera de perdón, claridad y retoma de esencias vinieron a él, lo cual dejó una marca muy profunda en mí. El impacto del cuerpo desnudo en el proceso personal, en conjunción con el proceso creativo, puede llevar a una liberación o recolocación de objetividad en las personas.
Desde ahí decidí abrazar el desnudo bajo ese compromiso como parte de mi lenguaje visual y modus operandi. Con el paso del tiempo, he encontrado significados más profundos y concisos en él, pero a grandes rasgos, el desnudo para mí es colocar al ser humano como en su primer día de creación, donde su esencia y realidad de naturaleza son lo único que lo viste, es decir, despojarlo de entidades agregadas para colocarlo en su esencia de identidad y, a modo de paralelismo, en una narrativa de génesis: crear el inicio de nuevas historias y universos partiendo de lo más profundo de su ser.
El desnudo es colocarnos en una simulación de nacimiento, desnudo como en el vientre, pero a la vez en una simulación de muerte a lo no necesario, desnudo como al momento de morir. En ambos casos, lo que permanece es la esencia, pero lo que expresa es la corporalidad al descubierto.
VC: Más allá del autoretrato, ¿cómo describirías la importancia de la fotografía como la forma más directa de conocer, intimar, inmortalizar y acumular la esencia de las personas?
FT: Esta pregunta me la he hecho innumerables veces. Aún no creo tener una respuesta lógica, pero sí una explicación semi-coherente. Sin un orgullo falso, considero que en muchas de mis imágenes se siente el alma de la persona: su historia, proceso, lucha y victoria. Cada sesión de proyecto construido se ha convertido para mí en la construcción de un espacio seguro para ser. Cada elemento dentro del tiempo de sesión apunta a una reconexión con la persona que permite que de ese estado surjan mis imágenes, ante la valía humana, otorgando el regalo de una imagen exquisita.
Quizás agregaría que la clave de todo esto es que decidí desde tiempo atrás dos cuestiones. Primero, todos los modelos son conocidos míos: amigos, familia, colegas, gente a la cual amo y valoro, con quienes compartimos un lienzo de historia tejida. Esto abre portales preciosos de vulnerabilidad y gracia. Segundo, trabajo con la ‘imperfección’ de los cuerpos, el cuerpo en su condición presente y real. Hay un gran poder en la honra de lo real, no en la frustración de lo irreal. Esto permite que, en conjunción con lazos de amistad, el alma pueda ser libre y salir a posar para ser fotografiada.
VC: Actualmente te encuentras desarrollando un nuevo proyecto titulado VÍA DOLOROSA, inspirado por la pérdida de tu abuela. Luego de su muerte, decidiste que no quisiste volver a saber de ella después de entregar su cuerpo, ¿cómo ha influido esta decisión en tu percepción de la muerte y el duelo, y cómo se ha reflejado esta ausencia en tus fotografías?
FT: VÍA DOLOROSA llegó a mí como el ritual funerario que decidí no vivir. Al principio, no logré percibirlo de esa manera, pero a medida que las ideas se iban concretando, veía cómo toda la construcción de ellas contenía actos a modo de ritual, desde los elementos captados en la imagen hasta los que no, como el uso de inciensos, música, tierra de ciertas regiones conectadas a la historia con mi abuela, tanto como en el uso de los cuerpos o cicloramas.
El impacto que ha tenido en mí ha sido y continúa siendo ambiguo, como el proceso del duelo, supongo, y ambiguo como los conceptos de muerte que existen. Al final, lo que funciona es lo que nos hace sentir consuelo y vida en ese momento. La ausencia a veces es más abrasadora, a veces más ligera, pero siempre creadora. Sin embargo, creo que lo que más me ha dado es justamente esta percepción de continuar indagando y profundizando en la búsqueda de la esencia para manifestarlo en la temporalidad del cuerpo o la materia.
El dolor, siendo una de las emociones más profundas en las cavidades humanas, carga en sí mismo la misma capacidad de liberación; a veces la vida nos entrega cenizas, pero el poder creativo siempre posee la furia de darle la vuelta y transformarlas en la más bella de las obras de conquista. Cavar así de profundo para volar así de alto.
VC: Me cautivan las composiciones visuales que has logrado en las fotografías de este proyecto, especialmente la que lleva el título del propio proyecto. ¿Podrías compartir más sobre la inspiración detrás de esta imagen específica y cómo se conecta con la temática general de tu proyecto?
FT: Esta es una pieza inspirada directamente en la semana de la Virgen de los Dolores de Puebla y Oaxaca. En ella decidí integrar de izquierda a derecha: Naranjas colocadas en los altares como símbolo de la corporalidad que guarda la esencia espiritual, lo dulce de la vida (fruto) rodeado por lo amargo de ella (cáscara), traspasado por banderillas de papel de arroz símbolo del dolor traspasando o flagelado el cuerpo, las banderillas en colores púrpura simbolizando la pasión o el dolor y blanco la templanza, la pureza, la paz. El chico es originario de Oaxaca, está cubierto con un cucurucho simulando la procesión del silencio en la cual centenas de personas se atavían de verdugos y cargan a la virgen por las calles de la ciudad. En su contexto personal cada elemento representa a mi persona en el enfrentamiento de la pérdida.
VC: ¿Y esta?
FT: Esta narra la negación ante la muerte, es esta realidad de estar, de oler (percibir), de saber pero de no querer ver, ni probar ni hablar del tema por ello los ojos vendados y la boca cortada, lo cual gesta un imaginario de seguridad que pretende dar frutos evocando a los tiempos de vida y gloria.
VC:¿Cómo han influido las regiones de Puebla y Oaxaca, lugares de origen de tus abuelas, en la narrativa y estética de VÍA DOLOROSA? Además, ¿podrías compartir más sobre los elementos de las celebraciones de la Virgen de los Dolores en estas regiones que han servido de inspiración para esta serie?
FT: Considero que, por naturaleza sincrética, como mexicanos, poseemos una fuerte identidad religioso-ritual que se nos inculcó durante la época de la conquista, la cual debería expresarse a través de las labores artísticas. Este sello, con sus millones de vías de adaptación, sigue muy presente. Por tanto, la construcción de ceremonias, fiestas, cultura y tradiciones es una amplia experiencia sensorial llena de símbolos, olores, sabores y canciones que formaron mi imaginario y que influyen en muchas de las construcciones estéticas que realizo.
En cuanto a la narrativa, todas las expresiones mencionadas anteriormente siempre tienen un fuerte porqué o para quién, que generalmente está vinculado a terminar en una convivencia en la casa de las abuelas. Este modo sugiero que de alguna forma se ha trasladado a mi estructura de universo creativo.
Soy de un país patriarcal pero también severamente matriarcal, donde el culto a la muerte es una parte intrínseca. Siento que de esta conjunción de esencias, la celebración a la Virgen toma una fuerza muy potente. La celebración varía dependiendo de la región, pero básicamente consiste en dedicar una semana de culto a la Virgen de los Dolores, llamada así porque se cree que está viviendo todo el sufrimiento previo a la pérdida del Cristo.
Dentro de las ritualidades se realizan altares monumentales donde cada elemento colocado tiene un simbolismo de consuelo o de relación con la muerte. Hay días en los que se acude a darle el pésame a la figura de la Virgen. Otros días, la ciudad entera guarda voto de silencio mientras se realiza una procesión en donde se muestra empatía al sufrimiento de la muerte. De todo ello, han surgido infinidad de puntos de inspiración visual: las figuras triangulares, los frutos, los símbolos, las posiciones de los modelos, la iluminación, etc.
Lo que capta mi atención es el hecho de la ritualidad y ceremonia, y la experiencia sensorial que se vive en ella. Pero percibo que me llama más el hecho de cuestionarse: ¿Quién consuela a quién? ¿Será que nuestro culto es realmente por devoción? ¿O es por autoconsuelo? ¿Será que la Virgen no es la Virgen, sino nosotros? ¿Será que la ceremonia es una expresión colectiva ante el sufrimiento de la muerte que padecemos personal y colectivamente? Al menos en mi proceso, más de una vez lo he creído; creído que soy yo quien sostiene a la deidad, no la deidad a mí.
VC: ¿Cómo abordas la masculinidad de una manera que va más allá de los estándares tradicionales del desnudo masculino en VIA DOLOROSA y a lo largo de tu obra?
FT: En el tiempo de producción de desnudo me ha sido complicado encontrar autores que abordan la masculinidad más allá de los estándares de musculatura, machos, o estándares griegos, mientras los autores que rompen estos esquemas se orientan más hacia un discurso de activismo, naturalezas queer e inclusión; ambas en sus motivaciones y trincheras correctas sin embargo en mi descubrimiento y práctica del desnudo no concuerdan enteramente con lo que trato de expresar. En mi caso considero inicie la exploración abordando desde lo íntimo, es decir partimos de lo que internamente desmorona al icono de masculinidad, lo reconcilia con ello y lo proyecta en una imagen que comunique la condición en la que se encuentra tratando de mantenerse en una postura neutra ante estas dos vertientes predominantes en torno al desnudo masculino. Es decir el desnudo en mi trabajo es una palabra a articular, no el punto a comunicar. Me lleva a explorar más sobre el tema el hecho de considerar que aún no es un punto conquistado con la naturalidad suficiente como del lado femenino y la curiosidad de saber que aporte pudiera tomar a nuestros conceptos y reformulaciones sobre la masculinidad reconciliada, la cual implica vulnerabilidad, fragilidad y transparencia.
VC: ¿Qué rol cumple la fragmentación corpórea en la estética y composición en este proyecto?
FT: Cumple su propósito al expresar la corruptibilidad y gloria del cuerpo, narrando cómo puede sostener todo un universo pero, al mismo tiempo, puede pudrirse en cuestión de tiempo, sirviendo como un paralelismo al proceso de descomposición. Hay dos piezas Específicamente, estas dos piezas abordan el proceso de esencia, conquista y sincretismo religioso. En la primera, (Jicanto, 2023) un hombre nativo sostiene los frutos de su propia tierra sobre sus lomos, simbolizando su fuerza, identidad y esencia. En la segunda pieza, (Acanto, 2023) se representan las flores de acanto que los artistas indígenas pintaban en monasterios y templos, utilizadas con fines de adoración a deidades prehispánicas.
VC: ¿Planeas seguir trabajando en VÍA DOLOROSA o explorar proyectos similares en el futuro? ¿Cómo esperas que la audiencia interprete y se conecte con tu obra?
FT: Espero ansioso las millones de interpretaciones que pueda generar, desde las más vulgares hasta las más exquisitas, y a la par para aquellos que sea el momento de recibirlo y descubrirlo amaría poder generar una vía de consuelo y liberación al dolor para otros como lo ha sido para mí.
En cuestiones visuales, he continuado con la temática, pero percibo estar yendo a una lateral un tanto aislada del proceso del duelo y más direccionada hacia elementos visuales y culturales. Esto convive con la esencia del proyecto pero me deja cuestionamientos de si seguir explorando en esa dirección o mantener el bloque inicial con su identidad primaria. Sin embargo, estoy trabajando las piezas bases para poderlas integrar o de ellas desarrollar instalación, piezas audiovisuales, y posiblemente algunas performances.
México de raíz, México en tradición son de mis fuentes más fuertes y permanentes de creación, por ese lado creo seguirá ese elemento como distintivo en mi lenguaje visual, pero no sé si continuar la temática del duelo. Probablemente exploraré ritualidades funerarias, que es lo mismo pero no igual. Ya veremos, aún estoy en diálogos conmigo sobre eso.
Vicente Cayuela es un artista multimedia chileno que trabaja principalmente en proyectos fotográficos basados en la investigación y escenificación. Inspirado por la historia oral, la estética de los libros de acertijos visuales y la propaganda política, sus complejas naturalezas muertas y arreglos de tableaux buscan familiarizar a las audiencias jóvenes con la historia de violencia política de su país. Su serie debut de 2022, “JUVENILIA”, le valió el premio Emerging Artist Award en Artes Visuales de la Fundación Saint Botolph Club, un Lenscratch Student Prize, una beca de equidad de Atlanta Celebrates Photography y una posición en el jurado de fotografía en los Scholastic Art and Writing Awards de la Alliance for Young Artists & Writers en la región de Massachusetts en 2023. Su trabajo ha sido exhibido notablemente en el Griffin Museum of Photography, Abigail Ogilvy Gallery, PhotoPlace Gallery y publicado a nivel nacional e internacional en publicaciones impresas y digitales. Como trabajador cultural, ha entrevistado a artistas y curadores de renombre y dirigido varios proyectos multimedia en diversas plataformas de museos y publicaciones artísticas. Actualmente, es editor de contenido en Lenscratch Photography Daily y creador principal de contenido en el Griffin Museum of Photography. Posee una licenciatura en Bellas Artes en Estudio de la Universidad Brandeis, donde recibió el Premio Memorial Deborah Josepha Cohen en Bellas Artes y el Premio Susan Mae Green por Creatividad en Fotografía.
Sigue a Vicente Cayuela en Instagram: @vicente.cayuela.art
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